miércoles, 8 de diciembre de 2010

Esperando el permiso de regreso


El padre de PM había muerto hace dos años. Mi amigo PM vivía en la barriada de Pedro Betancourt en Matanzas. Las malas lenguas le dicen el pueblo de los maricones, no quiere decir que por eso, mi amigo se declarara gay durante su misión médica en Mérida, Venezuela. Hoy lo vi tristes y le pregunté:
—¿Qué te pasa PM, que te veo alicaído? —levantó su mirada y sin muchos deseos me contesta.
—Hoy hace un año que me fugué a Colombia.
—¡Pero eso fue bueno!, y todo te salió bien, mírate ahora  —trato de levantarle el ánimo.
—Malos fueron los motivos que me llevaron a huir  —me contesta.
—Cuéntamelos —le exhorté intrigada.
—Por el correo electrónico me entero que mi madre se había puesto grave en Cuba, y llamé a la jefa de la colaboración en Caracas, y le pedí permiso para salir urgente a Cuba. Ella me contestó… no te preocupes, que yo tengo que comprobar primero y después te llamó … a los dos días me avisaron de que mi madre murió, entonces la volví a llamar y le dije… ahora te pido permiso para ir a Cuba a enterrar a mi madre …y a los pocos días fue que pude llegar.
Mi amigo PM, enterró a su madre, vendió su casita de Pedro Betancourt, regresó a Venezuela y huyó a Colombia a través de la frontera. PM hoy vive felizmente con su pareja en California, pero con tristeza me decía:
—El hombre que mora sin la libertad y esperando por un permiso, vive pero no existe  —me dice.
—PM, el hombre se define en el sepulcro, porque mientras este vivo es, un ser libre, que puede cambiar su proyecto de vida y convertirse en otro hombre diferente  —le contesté.

domingo, 5 de diciembre de 2010

El I-186 es la causa del todo



Hoy 3 de diciembre, es un día feliz para muchos médicos cubanos. Sin embargo, para algunos de nosotros, los médicos desertores en el exilio americano, solo nos sirve para recordar “lo que el viento se llevo”. Hoy llamé a un amigo MB ex cirujano del hospital Calixto García, para felicitarlo, y me contestó con un tono de voz que derrochaba angustia y rebeldía .
        —El I-186 es la culpa “del todo”   —aquellas palabras me intrigaron y pensé que mi amigo ex cirujanos (hoy “limpia culo” en New York) estaba perdiendo la cordura.
        —¡MB! ¿Tú no te me estarás volviendo loco, eh? ¿qué coño es eso del I-186?  —le pregunté curiosa.
        —Es el modelo I-186 que  te envía el Board americano, para que el instituto de ciencias médicas de la
Habana te lo llene, diciendo de que tú te graduaste de médico en ese instituto, y de allí va a la consultaría jurídica internacional de Cuba, desde donde retorna al Board por DHL  —me contestó.
       —Sí, pero sigo sin entender  —le insistí.
       —La cosa esta en que Cuba, se lo devuelve al Board americano en blanco (sin llenar) y el Board te envía una carta diciendo de que no te puedes examinar de médico en los EE UU, porque el modelo 1-186 esta incompleto —al escuchar la noticia mis ojos querían salirse de sus orbitas.
        —Dime tú, ¿y nosotros entonces?
        —Nada que te ¡jodistes! y que no puedes ser médico en los EE. UU. si a Cuba no le da la gana de
llenar los dos renglones del I-186, donde el Board pregunta donde y cuando te graduaste.
En resumen
A mi amigo le conteste que no se desanimara, porque ni el tal I-186 americano, ni Cuba, van a impedir que nosotros volvamos a ser médicos. EE. UU. te da la libertad, pero también el 1-186. De las dos cosas que te da, lo más importante es la libertad y Dios se encargará de guiarnos hacia el camino, donde nuestros conocimientos médicos les sean útiles a la humanidad. La medicina no es una profesión, sino una vocación ante la vida, y no les vamos a dar el gusto a los gobernantes feudales cubanos que nos esclavicen, más allá de sus barracones. Por tanto, sino es aquí por el 1-186, en otro rincón del mundo, entonces será.