miércoles, 13 de octubre de 2010

¿Fuego en el Hospital Ameijeiras? ¿Donde están las fotos tomadas por los celulares?



Las habituales inestabilidades del voltaje en Centro Habana, provocaron que estallara uno de los transformadores del HHA, esto condujo a que cada uno de los otros transformadores estallara también como “efecto dómino”. Las explosiones desordenaron los tímpanos de todos en el hospital,  la conocida en Cuba “peste a cable quemado”, camino por toda consulta externa del H. Ameijeiras ubicada en su sótano, y se formo el corre-corre entonces: pacientes, acompañantes y trabajadores volaron bajo el intento humano de conservación hacia las calles aledañas, por donde único tiene salida el hospital en el sótano: Marqués Gonzales y Belascoain.
En la torre del hospital, se difundió la alarma de que el hospital cogió fuego por “culpa de las calderas” y entre las personas comentaban que si alcanzaban las tomas de oxígeno de los salones de operaciones y las terapias intensivas, podría volar el hospital.
El pánico apareció y con él la salida “como cohetes” de pacientes que bajaron por las escaleras en pijamas con sus acompañantes, sin antes coger sus maletas, otros con los sueros  sosteniéndolos en la mano ayudados por sus acompañantes.
Todos a cruzar las calles y lograr instalarse en las cafeterías de cuenta propistas y estatales, que pululan en los laterales del hospital. La solidaridad humana del cubano salió a flote de inmediato, y los empleados innovaron puestos médicos de urgencia “en campaña”, a los pacientes más enfermos los colocaron sobre las mesas, y los vecinos enseguida trajeron sus sillas y sillones para acomodar de inmediato al resto de los enfermos.
En pocos minutos aparecieron: los bomberos, las ambulancias, los carros patrulleros, y los camiones de orientales policías. Ya para ese instante el humo y la “peste a cable quemado” había desaparecido contemplándose una gran confusión entre bomberos, policías, enfermeros, médicos, pacientes acompañantes, vecinos, e “innovados puestos médicos belascoaenses de campaña”.
Del mando superior se dio la orden de “regreso a la normalidad” y los cumplidores orientales policías de la Habana, hicieron circular a la gente, sin antes aprovechar para cargar con los atrevidos que osaron sacar fotos con sus celulares. Los bomberos recogieron sus mangueras, los  médicos y enfermeros a ayudar a los pacientes a subir de nuevo y por las escaleras.
En fin “mucho ruido y pocas nueces”, (ni muertos, ni heridos) y se repararon los cinco transformadores dañados.
Pero yo me pregunto:
¿Qué paso con aquellos atrevidos que osaron sacar fotos con sus celulares? ¿Alguien pudiera contestar?