lunes, 26 de septiembre de 2011

La sociedad cubana y las cucarachas


En Cuba, todos esperan con desconcierto que suceda “algo”, pero la nada cotidiana, es el reflejo de la obstinación del día a día. En cambio, en la Cuba de hoy, muchas personas que, llenan sus bolsillo con billetes verdes, lo logran en medio de un fulminante entra y sale del país, agradeciendole a Dios que la “ Cosa se mantenga tan mala como esta”, pues por su propia conveniencia, van sobreviviendo del juego de apariencias, entre el poder castrista y el gobierno obamenes, quien increiblemente les apoya.
Mientras tanto, la famosa expresión de “la cosa en Cuba se va poniendo cada día peor", es la comidilla del diario acontecer.
En esta epoca, asistimos a un periodo de división de clases sociales, que convertirá a muchos de los que ayer se arrodillaban ante el Carillón del Kremlin, en cucarachas hambrientas por las paredes en ruinas de nuestra patria, y a otros que supieron ser oportunistas del régimen, hoy en nuestras propias narices, se pavonean, de ser beneficiados por Obama y los Castros,  estirandose para espantar despóticamente a la sociedad que los cautivo y mantienen.
La hábitat tanto, interno como externo, de los cubanos convertidos en cucarachas (ver la foto de abajo que muestra una escultura de Fabelo) trepando por las paredes hacia arriba, en dirección a conquistar el penthouse del edificio, es la evidencia mas loada de las aspiraciones ocultas de la escoria interna cubana, hoy fragmentada entre una  domesticada y silenciosa mayoría interna, que sobrevive dentro de Cuba, hasta una diáspora inútil y desmembrada, que en su gran mayoría, solo busca su deleite personal, y vive engreida   de creer saberse hasta el mismisimo "pipisigallo", cuando en realidad no hacen mas que "Mucho ruido y pocas nueces" como diria Shakespeare; sin embargo, en medio del todo, gritando por oxigeno, se yergue el cubano de a pie, quien boqueando abrumado por la angustia, no para de pensar en que “comer es un problema” mientras sucumbe en la dilapidada nada cotidiana.