sábado, 31 de diciembre de 2011

Los médicos desertores y la política migratoria "Paulatina" de Raúl Castro



Hace unos días el jardinero de mi vecina ( de origen cubano), me aconsejaba sobre las plantas de mi jardín y del patio de tierra, detrás de sus consejo asomaba una tristeza subliminal:
___Te sucede algo Juan?   ---le pregunte.
___Si, a mi hermano lo deportan en estos días para Cuba.
___ Pero  como!, ... desde cuando Cuba acepta deportados?   ___Le conteste sorprendida.
___ Resulta que Cuba se quedo sin arroz, y el barco de China demora mucho en llegar, entonces le pidió a los EE  UU que le vendiera "arroz", EE  UU le dijo que se lo daba a "cambio" de que le aceptara a 400 de los cientos de miles de cubanos residentes en EE UU, con criterios de deportación, que están en la espera de que Cuba cambie su política migratoria, para devolverlos a su país de origen     ___ me explico Juan.
 Análisis de las palabras de Juan
Creo que Cuba conoce bien el alcance (que nosotros NO vemos), de su cambio en la arcaica política migratoria, si permite que se cumplan con  los derechos plasmados en el articulo 13 de la declaración universal de los derechos humanos.                                   
Hoy sabemos que, muchos profesionales médicos o no, en colaboraciones internacionales, cursos y eventos en el extranjero, verán las puertas abiertas a la deserción del gobierno, al eliminarse el conflicto represivo  de "venganza" con sus familiares, quienes podrán salir de Cuba, con una simple visa del país donde radica el profesional, sin necesidad de la "carta blanca" o "permiso de salida" de Cuba.
Muchas cubanos, que hoy tienen inhabilitado su pasaporte para entrar a Cuba, por el mero hecho de pensar diferente, podrán nuevamente visitar su país de origen y ellos llevarían consigo un pensamiento de democracia y libertad, que ayudaría a fomentar el cambio desde adentro, estos aires evidentes de quien viven y gozan en libertad y están dispuesto a encenderla en su propio país, constituye un ejemplo nefasto para el discurso aprendido de la nomenclatura.
La Mafia Castrense, a pesar de saber que muchos cubanos exiliados y ahora "retirados" quieren irse a vivir a Cuba con su retiro, (situación que seria una fuente de dólares directa y mensual para la manutención de la dictadura), prefieren rechazar esta suculenta oferta, a cambio de perder profesionales calificados, por depredadores sexuales, asesinos y delincuentes narcotraficantes (que muchos llegaron a los EE UU sacados de las cárceles cubanas cuando el Mariel). 
"Por ahí  van los tiros"
Muchas de las razones para justificar las palabras de Raúl, durante la clausura del ultimo plenario de la Asamblea Nacional del Poder Popular de: "instaurar paulatinamente los cambios migratorios", suenan a mis oídos como las promesas nunca cumplidas del programa del Moncada y la zafra de los "10 millones". 
La longeva nomenclatura, mas sabia por vieja que por sabia, por razones obvias siempre preferirá continuar "violando los derechos ciudadanos", antes de complicarse la vida "en sus ultimas afeitadas", y así  garantizar morir tranquilamente de viejos. 
En fin, que sea otro quien por razones obvias, se trague "El Jamón"

Carta de un Medico Cubano a la humanidad. Dr. Eider Valdés.

Es vergonzoso que se publiquen cartas como la que emergió el 4 de noviembre en el periódico Granma titulada: Paciencia de los Pacientes.
No es la primera y por lo visto se ha convertido en una moda la crítica a los profesionales de la salud. El país se derrumba por el ocio, el inmovilismo, la delincuencia, la corrupción, el derroche, la burocracia y cientos de males que no lo dejan avanzar hacia una sociedad más justa y los únicos estoicos que seguimos trabajando por amor y sin reciprocidad alguna por parte del sistema nacional de salud somos los médicos. Sufrimos de un ilógico apartheid. No podemos viajar, devengamos salarios irrisorios muy similares a los de empleados de salón, auxiliares de limpieza, camilleros, recepcionistas, etc. , no tenemos derecho a empleos por cuenta propia, no disponemos de transporte para ir a trabajar, no recibimos estímulos materiales ni monetarios (ni divisas ni módulos de ropas), la alimentación durante las jornadas laborales es pésima, hacemos guardias frecuentes bajo condiciones infrahumanas y al siguiente día continuamos laborando sin desayunar; no somos remunerados por estas guardias, ni por horas extras, ni por permanecer en unidades cerradas relacionándonos con drogas tóxicas y pacientes con enfermedades contagiosas; no tenemos oportunidad de acceder a internet para estar actualizados y avanzar como científicos; y para colmo de males muchos ¿indignados? se han dedicado a taladrarnos y escribir epístolas permeadas de dudas e incertidumbres al órgano oficial del consejo de estado, dígase periódico Granma, el cual, sin piedad y conociendo a fondo los problemas de nuestro sistema de salud, publica las ¨carticas¨ que arremeten insensiblemente contra los médicos.
Así está lleno este país, de gente acomodada y obceca que solo se dedica a analizar lo pueril y lo nimio, más aun si tienen su vida moderadamente resuelta. Los médicos cubanos tenemos muy firme la moral y la dignidad y somos los que más logros hemos obtenidos en 50 años y los que menos hemos recibido por nuestros trabajo. Ganas una medalla olímpica y el estado cubano te proveerá de gloria eterna, casa y carro; haz que una tumbadora resuene en el lugar más recóndito del planeta y tendrás derecho a una vida placentera y sin estrés garantizada por el Ministerio de Cultura; lánzate al vacio cantando las canciones más obscenas e indignantes, ocultas bajo un ritmo que empaña las raíces más plausibles del reggae y serás recibido al final del abismo por un bastidor de dólares que te alzará hasta el Olimpo con derecho a una vida opulenta y sustanciosa.
Salva una vida, trabaja como mulo atendiendo a miles de necesitados, haz el trabajo de otro médico que está representando y aumentando el prestigio de la medicina cubana en otros lugares y tendrás. Nada, te obsequiaremos. Nada.
Somos los desposeídos de Esculpió, los sacerdotes de la miseria. Los médicos cubanos somos los eternos descontentos, pero a su vez los únicos que trabajamos dignamente por amor a nuestra profesión. Nadie tiene derecho a sembrar odio ni antipatías en nuestros valerosos galenos. Atendemos sin reparos a miles de enfermos en este país, somos parte del pueblo y paradójicamente el mismo pueblo que sanamos con amor nos condena por nimiedades y exige de nosotros lo imposible. El bodeguero llega tarde y nos roba onzas descaradamente y nada ocurre, el transporte público sigue sin detenerse en las paradas y nada sucede, en las tiendas de CUC nos despojan de nuestro decoro como clientes y nada acontece, el vago sigue delinquiendo y teniendo una vida tan placentera que desprecia el trabajo y a quienes lo hacen. Ahora, si eres médico y llegas tarde a consulta te insultan, si no das recetas de complacencia te desprecian, si tienes un hijo enfermo y te ausentas o simplemente no asiste a tu labor por enfermedad, te ofenden. Estamos pagando por el pecado de la masividad: por ser muchos nos toca poco. En el mundo entero el incentivo de cualquier persona para conquistar sus deseos es el trabajo. Es el trabajo el talón de Aquiles de los sueños. En Cuba, el trabajo estatal es el muro de Brandeburgo donde solo el ocio y el oportunismo tienen derecho a las alas.
Los galenos cubanos somos prácticamente los únicos profesionales que mantenemos la lealtad a nuestro oficio. No podemos seguir así y el pueblo tiene que ser nuestro principal aliado. Exigimos que nos respeten, nos consideren y reconozcan que estamos trabajando contra vientos y mareas con poco respaldo de nuestro sistema nacional de salud. Somos potencia médica porque amamos nuestra profesión y laboramos orgullosamente para ustedes.
No somos culpables de la falta de recursos materiales con que tenemos que hacer nuestro diario. Lo que nos sobra a todos los que elegimos esta profesión es amor, dignidad y vergüenza. Dr. Eider Valdés.