jueves, 21 de marzo de 2013

Dos caritas llorando a traves de la ventanita


Entre a la guardia a las 4:00 p.m., en la unidad de cuidados intermedia de uno de los peores hospitales de C. Habana, durante la época de apagones programados. A las 5:00 pm (hora de inicio del apagón), una señora de 45 años llegaba del salón después de haber sido intervenida por tumor abdominal; cayendo súbitamente en Paro Cardiorrespiratorio, al entrar a nuestra unidad.
__ Corre!!!!!,   __  le dije al enfermero.
__ Rodemos la cama de la paciente hacia el otro extremo de la sala, donde esta el “desfibrilador”    ___   (un inmóvil equipo de los años 50, que solo descargaba cuando la aguja llegaba a 400 J y con una palanca). El enfermero y yo iniciamos las compresiones cardiacas, pero cuando fuimos a aplicar la descarga eléctrica, la energía de la "planta del hospital", encendía el equipo pero no producía la energía para provocar una descarga eléctrica sobre el corazón para revertir el Paro Cardiaco. Llame al Dr. RS Cardiólogo Intensivista (igual que yo), que estaba de guardia en Intensiva, quien subió las escaleras con el Desfibrilador de la Intensiva a cuestas, y al conectarlo tampoco sirvió para descargar el desfibrilador. Dentro de la desesperación, el enfermero me hizo una seña para que mirara a la puerta de la unidad, que son de doble hojas y tienen unas ventanas redondas de cristal;  al levantar mis ojos vi que  a las ventanillas se asomaban las caritas de dos jóvenes, una muchacha de 18 y joven de 16 años, quienes eran los hijos de la señora en paro, al mirarlos mi alma se partió en dos, en medio de la angustia y desesperación al saber que No podíamos hacer nada mas, entonces le dije al cardiólogo y al enfermero ...." Hagamos un simulacro para no destruir esas dos caritas"... y dije en alta voz.
  .... "Apártense, que voy a descargar"... 1...2... 3... pasado un tiempo el corazón entro en línea isoeléctrica por sí solo y la madre cerro sus ojos para siempre.
Al día siguiente, en la entrega de la guardia, minutos antes de comenzar, la directora del hospital se acerco a mí, puso una de sus manos sobre mi hombro y me dijo:
__Que triste lo que te toco vivir ayer, ya me lo informaron, pero NO tienes que decir nada aquí, pues NO es necesario que nadie mas lo sepa___
Mi única tranquilidad fue, que intentamos evitar que esos jóvenes quedaran traumatizados para el resto de sus vidas, y pensaran que, al menos nosotros hicimos todo lo que Humanamente nos fue posible hacer.